Esperanza
No soy mi cuerpo,soy espíritufuerza, mente. Soy mi alma.
Mi color es del tiempo,La piel de arena.Soy líquido que atraviesa murosy acorta distancias entre nosotros.
Cristal luminoso que lleno de miles de voces anuncia las palabras que construyen nuestra historia.
Me reconozco,soy a partir ti, honro nuestra existencia,cimiento hermandad.
Resignifico la tierra,El espacio y la ilusión de la realidad.Despierto consiente del sueño líquido.La verdad es la esencia.
Soy piedra
Cuando Prometeo robó el fuego divino para dárselo a los hombres, Zeus se enfureció y regaló a Pandora, la primera mujer según la mitología griega, una caja que contenía el total de los males del mundo. Pandora, que nació con la curiosidad innata que le infundieron los dioses, abrió la caja indagando en su interior, entonces todos los males fueron liberados. Ante lo sucedido, Pandora tuvo miedo, cerró la caja oportunamente, quedando únicamente en ella la Esperanza.
Mitos y metáforas sobre Esperanza hay muchas, en FRONDA encontramos su significado en las cosas comunes. El nacimiento de un nuevo ser, un colibrí, una flor, la risa de niño, un nuevo día, un sentimiento, el insistente sueño de un mundo mejor. Es aquí – en la lucha primigenia del ser humano por un vida mejor, digna, justa, equilibrada – que nos apropiamos de este concepto de Esperanza, para evidenciar el poder del arte que junto a la educación, posibilita el desarrollo personal y social consciente a mujeres y hombres. Hacemos nuestra la Esperanza, más como virtud que como falacia, para afrontar no el futuro, sino el cotidiano habitual.
El mundo, este nuestro país, nuestro propio universo, íntimo, precisa del poder transformador del arte, hoy, en las calles olvidadas de la periferia, en las escuelas rurales y en las citadinas, en los parques, en los cafés, los mercados, los centros comerciales. El ciudadano común puede encontrar en el arte, además de su voz interna, un horizonte amplificado. El estudiante, el taxista, el hombre de negocios, el jardinero, el médico, el minero; todos requerimos respondernos preguntas recónditas, a veces voraces, dentro de lo más hondo de nosotros. El arte es el bálsamo y el catalizador para llegar a esas respuestas de manera orgánica.
Simbiosis se realiza hoy bajo este precepto, Esperanza, intentando propagar la idea factible de que el arte es capaz de modificar nuestro paisaje social. Tan viable como esta séptima emisión de Simbiosis, Encuentro de Arte Interdisciplinar, a partir de la cual abordamos el concepto de Esperanza desde diversas cosmovisiones y perspectivas, provocando confluencias con el territorio, la memoria, el lenguaje, el medioambiente, la migración, la vida, la muerte, y otras inquietudes tanto individuales como colectivas, mismas que nos unen en una caja nueva, no de Pandora, sino una caja, o más bien un espacio sin paredes, sin fronteras, sin limites, porque el arte puede construir exactamente eso, lo inimaginable.